La obra se encuentra cubierta con dos paneles negros de plástico y vallas metálicas y dos vigilantes de seguridad que permanecen constantemente frente a ella.
Hasta que la han borrado o la han hecho desaparecer. Algo debía tener esta obra, pues molestaba.
Claro, mostraba una viñeta de un manifestante a favor de Palestina, golpeado no ya por la policía sino por los jueces, que tras ser detenidos por manifestarse contra el genocidio en Gaza, y por ello fueron acusados de terroristas al ser la manifestación convocada por una organización considerada terrorista en Reino Unido.
Pero siempre nos quedará el Arte Urbano… o no, todo depende de hasta donde vaya avanzando la censura.