El cariño, el respeto, el amor familiar y entre humanos es algo que utilizamos menos de lo que se debería. Y es gratuito y muy positivo para quien lo recibe y para quien lo entrega.
Pero la sociedad en los últimos años se está volviendo más dura y salimos perdiendo todos con esta falta de humanidad.
El bienestar emocional empieza por nosotros mismos y no valoramos el poder que tiene sobre la calidad de nuestras vidas.
Constantemente nos bombardean con insultos entre personas que incluso pensamos en algún momento que eran representantes importantes, y nos llegan cientos de esos comentarios hirientes que se leen en todas las redes sociales, como si insultar fuera gratis.
Insultar NUNCA es gratis, pues deja un poso que pagamos todos en formas muy diversas.
O somos capaces entre todos de frenar esta deriva absurda pues no sirve para nada, o las violencias verbales cambiarán y el siguiente paso sabemos cuál es.
Esta bella frases está en una puerta de Zaragoza-