Es un edificio abandonado cuando lo fotografié, una fábrica de alguna manera abandonada pero que aunque estuviera sin uso, no por ello debería ser fea, molestar a la vista, sobre todo si por algún motivo se quería conservar.
Así que alguien tuvo la feliz idea de añadirle Arte a la fachada, darle cuatro toques de color y convertir el edificio adusto en una gran obra de Arte Urbana, que es de lo que hablamos aquí. Estos añadidos los tiene en todas las fachadas, no solo en esta, hoy felizmente mejor iluminada que las otras.
Sin duda una buena idea gallega, creo que de Cangas de Narcea, y que debería servir de ejemplo, pues los esqueletos pueden servir para algo más que para estar vacíos de ideas.