No siempre los grafiti son bellos, no siempre los gritos de calle en las fachadas son con frases simpáticas. A veces hay gritos de vecinos que están cansados, tengan o no tengan razón.
Es verdad que parecen tener razones, que no es lo mismo que tener razón. Y lo han ido dejando escrito por sus fachadas. Cosas de la libertad de opinar, del cansancio de la gente que quiere cuidar sus casas.
El segundo mensaje es más lógico. Si juegan niños ni hay que juntarlos con los perros no se les vayan a mear encima, o debajo. Los niños no suelen jugar en las fachadas exteriores, y de hacerlo, saben perfectamente que no es agradable jugar cerca de los orines de los perros.
En mi niñez jugábamos entre los escombros, o por las acequias junto a sapos y ratillas. Eran otros tiempos, y así hemos salido, que ahora enseguida dogemos la gripe y nos tienen que vacunas. Y casi todos tenemos diabetes Tipo 2. Un lío.
